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Tristán de Leonís, ed. Luzdivina Cuesta. Alcalá de Henares: Centro de Estudios Cervantinos, 1999.

Por: Maira Alejandra Zapata

maira.zapatap@gmail.com



La leyenda de Tristán «el más leal cavallero del mundo» y de Iseo «la brunda» fue muy difundida durante la Edad Media y ha inspirado diversas creaciones a lo largo de la historia, entre ellas, la tan aclamada ópera de Wagner: Tristan und Isolde. Esta leyenda fue consignada en forma escrita en el siglo XII, en la zona influenciada por la dinastía normanda de Inglaterra y sus parientes franceses y alemanes.


Entre las versiones primarias escritas conservamos el poema de Béroul (h. 1180), el poema de Thomas (h. 1155-1170) y el poema de Eilhart von Oberge (h. 1170-1190); posteriormente aparece la novela francesa: Roman de Tristan en prose (h. 1230) y el poema episódico la Folie Tristan (h. 1170). Sin embargo, la versión que aquí nos ocupa es la relaboración castellana renacentista: Tristán de Leonís, la cual tuvo varias ediciones entre 1501 y 1533 y fue una de las más leídas durante su época, pues se encuentra impregnada de la llamada matière de Bretagne, es decir, de aquellos escritos cuyos temas principales son el misticismo celta, los hechos maravillosos y el tratamiento de los personajes de la leyenda artúrica.


Es así como esta versión castellana del Tristán llega a nosotros gracias a la edición de María Luz Divina Cuesta-Torre, profesora titular de Literatura Española y miembro del Instituto de Estudios Medievales y del Departamento de Filología Hispánica y Clásica de la Universidad de León; sus líneas principales de estudio son: la adaptación, transformación y recreación en la literatura medieval en español de obras creadas en otras lenguas y la narrativa de temática caballeresca. Es importante resaltar que la autora tiene una edición del famoso libro de caballerías: Tristán de Leonís el Joven (Centro de Estudios Cervantinos, 1999. ISBN 84-88333-31-5) y un estudio dedicado a las aventuras amorosas de Tristán, como su nombre lo indica: Aventuras amorosas y caballerescas en las novelas de Tristán (Universidad de León, 1994. ISBN 84-7719-423-8). Ahora bien, su edición del Tristán de Leonís está basada en el único ejemplar conocido de la primera edición, la cual fue publicada en Valladolid por Juan de Burgos en 1501, ésta consta de 94 folios, de los cuales, los primeros 3 están rehechos, carece del folio 73 y está conservado en The British Library con la signatura C.20 d. 24. 9. Inicialmente, la autora nos presenta una introducción bastante completa con una guía de lectura que permite al lector conocer de manera muy completa el origen de la leyenda de Tristán e Iseo y su difusión por Europa, su recepción durante la Edad Media, su desarrollo posterior en el siglo XVI y el papel del «autor-adaptador» de 1501; luego, de manera mucho más analítica aborda la influencia de la ficción sentimental en la obra, la idea del Tristán como libro de caballerías; y finalmente ofrece una amplia bibliografía que permite una comprensión panorámica de las versiones de la leyenda, sus manuscritos en lenguas peninsulares y modernas, las diferentes ediciones, incluyendo las que se han perdido y los diferentes estudios que se han hecho acerca de los ‘tristanes’ castellanos.


Seguidamente la autora nos presenta el texto en cuestión cuyo nombre original es Libro del esforçado cavallero don Tristán de leonís y de sus grandes fechos e armas y es importante aclarar que dicho texto se presenta con algunas grafías actualizadas y sigue conservando la sintaxis de la época. La obra tiene un total de LXXXIII capítulos e inicia con un proemio que la justifica como era costumbre, allí se comenta al lector que la obra: “fue trasladada de francés en romance castellano y emprimida con mucha diligencia, y puesta de capítulo en capítulo su historia, porque fuesse más frutuosa e plazible a los lectores e oidores.” (p. 2). En ese mismo proemio encontramos una anotación que resume el argumento de la obra, pues recordemos que lo importante de la obra no es la historia de la leyenda como tal, pues era conocida por la mayoría del público, sino la manera en que ésta se contara: “La historia de don Tristán de Leonís, hijo del rey Meliadux, el cual, por sus grandes virtudes e por ser inclinado más a honra que a los transitorios plazeres, passó grandes e diversas e maravillosas fortunas, de las cuales todas por su fiel amor, caridad y lealtad alcançó buena salida, dexando señalada memoria de sus grandes hazañas e proezas.” (p. 2)


Ahora bien, en el Tristán de Leonís se pueden relacionar varios tópicos muy interesantes de temática caballeresca, como: la fama y genealogía del héroe, la imposición de su nombre:


-!O, mi fijo, cómo tú eres nacido en gran tristeza e en grand dolor!, ca después que tú fuiste engendrado perdí a tu padre, e agora eres nascido en gran tristeza. Yo quiero que ayas nombre Tristán, e seas bendito de Dios e de mí. (p. 9)


La belleza de la amada que a su vez se relaciona con la fuerte presencia de la matière de Bretagne en la obra[2], como queda expresado en una carta que dirige Galeoto (Galehaut o Galehault) al rey Artur (Arthur):


E dígovos que en el mundo no ay sino dos cavalleros e dos dueñas: el uno, Lançarote del Lago, e el otro, don Tristán de Leonís; e dueñas, la una es la reina de Ginebra, e la otra es la reina Iseo la Brunda. E en aquestas cuatro personas son las bondades e las cortesías del mundo. (p. 55-56)[3]


Otros tópicos allí muy bien representados son la presencia de la magia y lo sobrenatural, la presentación de la ficción como historia, la figura del escudero, los prototipos de amantes y figuras ejemplares del roman courtois (el trovador y su amada), el don en blanco y el rescate constante de la amada. Sin embargo, lo que hace a esta obra excepcional frente a otras relaboraciones de la leyenda es sin duda el humor de varias de sus escenas y también su ambivalencia entre libro de caballerías -que según la autora puede entenderse como obra donde “sus folios narran la biografía caballeresca y amorosa del protagonista, combinando elementos corteses y de la caballería andante” (p. 30)- pero sobretodo como parte de la ficción sentimental: “E cuando Tristán se vio quinze millas de mar, començó a pensar en el amor de Iseo, e lloró fuertemente, e si no le fuera vergüenza, él oviera hecho tornar la nao; mas la nao fizo su viaje.” (p. 84)


De esta manera, el lector puede hacerse una idea clara del valor expresivo y creativo de este texto renacentista, de la riqueza histórica que alberga de la lengua española y que a pesar de haber sido olvidado y marginado durante el Siglo de Oro y por ello tener tan pocas fuentes, es posible conocerlo a través de esta edición. El Tristán resulta una obra ‘cómica’, que atrapa al lector con sus escenas repletas de desafíos, combates, gigantes, dueñas y doncellas, enanos, hechiceros, dones, justas, torneos, guerras y fama, todas ellas desarrolladas en un ambiente cortesano.


[1] Recordemos su popularidad a partir de Historia regum Britanniae de Geoffroy de Monmouth (h. 1130-1136).

[2] El caso del Amadís de Gaula.

[3] Esto nos remite al famoso episodio de los dos cuñados amantes: Paolo y Francesca, personajes de la Divina Comedia de Dante, quienes representan la historia de Lancelot y Ginebra (La Commedia, Inf, 5-137).


*Imagen tomada del manuscrito: Tristan en prose with interpolations of Lancelot en prose. (ff. 141-151) Northern France; 4th quarter of the 13th century

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