Soneto
- Redacción Filología

- 30 abr 2018
- 1 Min. de lectura
Rafael Gorréherqui
A veces, cuando me encuentro escribiendo, sin que descubra razón aparente, se me aparece una voz en la mente cuyo placer es estar maldiciendo
aquello que en mí mantengo por cierto. Y aunque en el momento me sienta fuerte sucumbo al instante a tan mala suerte que únicamente quiero verme muerto.
Así que con rabia cojo el mechero y enciendo todos aquellos papeles fuentes de la razón que tristemente
es la misma que logra que me aliente a abandonar mis pensamientos crueles en la fatalidad del cenicero.





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