Rafael Gorréherqui
A veces, cuando me encuentro escribiendo, sin que descubra razón aparente, se me aparece una voz en la mente cuyo placer es estar maldiciendo
aquello que en mà mantengo por cierto. Y aunque en el momento me sienta fuerte sucumbo al instante a tan mala suerte que únicamente quiero verme muerto.
Asà que con rabia cojo el mechero y enciendo todos aquellos papeles fuentes de la razón que tristemente
es la misma que logra que me aliente a abandonar mis pensamientos crueles en la fatalidad del cenicero.