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De una reunión entre estamentos y una pregunta sobre la investigación de los estudiantes

Actualizado: 26 feb 2019

Pedro Mahecha Restrepo


El martes 13 de febrero se celebró una reunión entre los estudiantes de filología y el estamento administrativo, la cual se realizó en las instalaciones del Estudio de Televisión del bloque 10. La intervención de la administración de la Facultad giró en torno a tres temas centrales: el estado de la adecuación de la infraestructura, la investigación y el proyecto de Fondo Editorial. Otros temas tratados fueron la presentación de la nueva coordinadora de trabajos de grado, la profesora Ana María Agudelo Ochoa, a quien se da la bienvenida y se desea buena suerte en su gestión. Asimismo, las iniciativas estudiantiles como la Red de Estudiantes de Filología y la revista Panglós contaron con un breve espacio para la exposición del progreso de sus actividades.

No es desconocido para la comunidad académica de la Facultad que la planta física rebasó desde hace mucho su capacidad instalada, a lo que se suma el progresivo deterioro de los lugares de descanso y conversación: microondas, mesas y sillas en mal estado, carencia de enchufes y de zonas de estudio y parqueo de bicicletas, etc. Desde la administración se está trabajando en la elaboración de un Plan de Acción y de un Mapa de Adecuaciones para mitigar estas falencias, según explicó el Decano. Es de esperar que estas propuestas recojan las peticiones y quejas del estudiantado, como es de esperar, también, que se tenga en cuenta la participación estudiantil al momento de tomar decisiones sobre el espacio que quedará disponible luego del traslado de Altaír a las instalaciones del bloque 10, donde se están habilitando nuevas zonas para la Facultad.

No es desconocido para la comunidad académica de la Facultad que la planta física rebasó desde hace mucho su capacidad instalada, a lo que se suma el progresivo deterioro de los lugares de descanso y conversación: microondas, mesas y sillas en mal estado, carencia de enchufes y de zonas de estudio y parqueo de bicicletas, etc. Desde la administración se está trabajando en la elaboración de un Plan de Acción y de un Mapa de Adecuaciones para mitigar estas falencias, según explicó el Decano. Es de esperar que estas propuestas recojan las peticiones y quejas del estudiantado, como es de esperar, también, que se tenga en cuenta la participación estudiantil al momento de tomar decisiones sobre el espacio que quedará disponible luego del traslado de Altaír a las instalaciones del bloque 10, donde se están habilitando nuevas zonas para la Facultad.


El Fondo Editorial de la Facultad, propuesta de la actual decanatura, busca la publicación y difusión de los trabajos investigativos de profesores y estudiantes. En el segundo caso, solo se han contemplado los trabajos de grado meritorios. Esta necesaria e importante iniciativa, según se ha planteado hasta ahora, tiende a convertirse en una isla lejana para los estudiantes del pregrado. Con el ánimo de invitar a la apertura y al trabajo en equipo, se pide la inclusión de los estudiantes tanto en la construcción conjunta del proyecto como en la ejecución y proyección del mismo. Los estudiantes del pregrado podrían apoyar labores de edición y corrección, por mencionar solo algunas, en especial con el componente de prácticas de Filología Hispánica. También podría ampliarse el rango de publicaciones para estudiantes.

Entre otras cosas, este espacio de acercamiento puso en evidencia varios problemas que afectan a la comunidad estudiantil, entre los que destacan el reducido espectro de investigación, el escaso interés en la inclusión de estudiantes al interior de iniciativas como el Fondo Editorial de la Facultad, la vaga mención de financiamiento para iniciativas estudiantiles y la ya aprobada reforma curricular. Por otro lado, quizás el mayor problema estudiantil que se sigue evidenciando sea el de la falta de asistencia de los estudiantes a eventos que se suponen de su interés.

En cuanto al tema de la investigación en la Facultad, se quiere brindar aquí una respuesta a la inquietud que plantearon los administrativos: ¿por qué los estudiantes no están participando en las convocatorias de los grupos de investigación?

La respuesta es simple: la heterogeneidad de intereses investigativos de los estudiantes de filología choca con el reducido espectro de investigación de estas convocatorias. En nuestro pregrado, la actividad investigativa, al menos en su cara más visible, ha estado a cargo de las revistas y los grupos de investigación adscritos al área de Lingüística y Literatura de la Facultad, y aquí se suma la mayor parte de lo que se considera investigación académica en nuestro medio.

Por otro lado están los esfuerzos de semilleros (que no tienen cobijo en ninguna figura administrativa), los grupos de estudio, la labor solitaria de estudiantes y profesores en ejercicio, de estudiantes al amparo de un profesor y de iniciativas estudiantiles que han contribuido con el compromiso de nutrir la vida académica del pregrado. Sin embargo, la sumatoria de ambas cosas arroja un número muy inferior de estudiantes activos investigativamente, en comparación con el grueso de estudiantes de la carrera, los cuales, en tanto no producen investigación, se encuentran en una especie de limbo académico-investigativo.

Este estado de incertidumbre es más preocupante en el caso de estudiantes en proceso de tesis que no encuentran espacio para sus intereses investigativos en las líneas ofrecidas por las convocatorias de investigación. La misma realidad la viven los estudiantes de primero a último semestre. No es un secreto que los semilleros y grupos de investigación son los enlaces más directos a las dinámicas de producción científica (publicaciones en revistas indexadas, ponencias en congresos nacionales o internacionales, capítulos de libros, reseñas publicables, etc.), tanto en términos de orientación investigativa como en financiación. Cabe recordar que nuestra carrera tiene un enfoque eminentemente investigativo, circunstancia que sitúa a los estudiantes en una disyuntiva: o se elige participar en la actividad investigativa (entiéndase en las dinámicas de producción científica mencionadas), lo que implica acceder a una línea del reducido espectro de investigación; o se opta por engrosar el conjunto de estudiantes en estado de incertidumbre (por supuesto, no se incluyen aquí los activos). La resistencia a participar en las convocatorias muestra cuál ha sido la resolución final de los estudiantes y, quizás, la ceguera o indiferencia del estamento administrativo para entender los intereses de aquellos que, se supone, son el sentido del Alma Mater. Esperamos que sea lo primero y no lo segundo, pues si se trata de indiferencia, la preocupación expresada en la reunión no sería más que retórica. /*

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